Según el informe ‘Lo que nos une es más que lo que nos separa: tendencias y hábitos del consumidor en la nueva era’ desarrollado por Evercom en colaboración con la UCM; a la hora de adquirir productos o servicios, un 66,24% de los consumidores españoles valoran de forma positiva que la marca sea sostenible y esto es común a todas las generaciones.
Además, según este estudio, se cree que la alimentación es el sector que transmite unos valores más sostenibles.
Por su parte, la OCU afirma que los consumidores entienden que los alimentos sostenibles son aquellos con bajo impacto en el entorno, evitan el uso de pesticidas y transgénicos y de procedencia local.
A pesar de esta concienciación, existen ciertos frenos que hacen que no apuesten en mayor medida por una alimentación sostenible. Son el precio, la falta de información, un etiquetado claro que identifique el producto como tal, y la dificultad de encontrar alimentos sostenibles en sus lugares habituales de compra.
En este artículo vamos a explicar qué es la sostenibilidad, qué se entiende por alimentación sostenible, cuándo podemos considerar un alimento sostenible y por qué la acuicultura se considera como tal.
¿Qué es la sostenibilidad?
En 1987, en el informe “Nuestro Futuro Común”, se definió el desarrollo sostenible como “aquel que garantiza las necesidades del presente sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades.”
La sostenibilidad tiene como fin garantizar un equilibrio entre el crecimiento económico, el respecto al medio ambiente y el bienestar social.
¿Qué es la alimentación sostenible?
La alimentación sostenible, según la FAO, es:
- Aquella que genera un impacto ambiental reducido
- Contribuye en la seguridad alimentaria y nutricional
- Apuesta por la eficiencia energética y de los recursos naturales en sus procesos de producción
- Y ayuda a que las generaciones actuales y futuras lleven una vida saludable
¿Cuándo consideramos que un alimento es sostenible?
Podemos considerar que un alimento es sostenible cuando:
- En su producción se minimiza el impacto medioambiental y se hace un uso eficiente de los recursos naturales.
- Se siguen estrictos controles que garantizan la seguridad alimentaria tanto en su producción como en su alimentación.
- Las materias primas que forman parte de la composición del alimento preservan la biodiversidad.
- Es un producto de cercanía. Tiene un menor impacto medioambiental al no necesitar ser transportado a largas distancias. Además, favorece social y económicamente su entorno.
- Es un producto fresco. Para su producción no es necesario ningún procesado industrial.
¿Por qué la acuicultura es sostenible?
El sistema alimentario actual es insostenible a largo plazo, tal y como lo demuestran numerosos estudios, tal y como recoge la “Memoria de Sostenibilidad 2021 de Acuicultura de España”. Por ello, se hace necesario apostar por una alimentación sostenible.
En este contexto, la acuicultura se postula como una de las fuentes de obtención de alimentos con posibilidades de crecer de manera sostenible, contribuyendo a alimentar a la humanidad en el futuro inmediato.
Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), antes de 2030 más del 65% de los alimentos acuáticos procederán de la acuicultura.
Nuestro país, según la citada memoria, es reconocido por su liderazgo y excelencia en acuicultura, gracias al esfuerzo de los hombres y mujeres del sector.
“La acuicultura es un sistema de cría sostenible ya que asegura la alimentación del futuro”.
Se considera que la acuicultura es sostenible porque hace un uso eficiente de los recursos naturales y preserva la biodiversidad, minimizando así el impacto medioambiental, apuesta por la seguridad alimentaria y contribuye al desarrollo económico y social.
- Impacto medioambiental.
La acuicultura es un sistema de producción que preserva la biodiversidad, al favorecer la repoblación de ciertas especies, como, por ejemplo, la corvina.
Además, es una de las formas de producción de proteína de origen animal con menos impacto medioambiental en cuanto porcentaje de la superficie ocupada. Pero no solo esto.
En el caso de los pescados de “Crianza de Mares y Rios de España”, al criarse en las costas españolas, no necesita ser transportado a largas distancias. De esta forma, se reduce la emisión de carbono a la atmósfera.
- Seguridad alimentaria.
Todo el ciclo de vida de las lubinas, doradas y corvinas criadas en acuicultura están sometidas a estrictos controles seguridad alimentaria.
Según el Consejo Consultivo sobre la Acuicultura (CCA) de la Unión Europea, los pescados de acuicultura, al no estar expuestos a la cadena trófica marina por ser alimentados de manera controlada con piensos, el riesgo de contaminación y de presencia de contaminantes es mínimo.
- Desarrollo económico y social. Permite el desarrollo y la vertebración de las economías locales y rurales. El empleo generado por la acuicultura en nuestro país es de unos 18.000 puestos directos.
Todas las lubinas, doradas y corvinas identificadas con el sello “Crianza de Mares y Rios de España” proceden de este sistema de producción, la acuicultura. Un sistema de cría controlado y sostenible ya que asegura que haya proteínas suficientes para el consumo en un futuro.
Si como consumidor quieres apostar por alimentos sostenibles y por el futuro del planeta, no lo dudes. Elige siempre lubinas, doradas y corvinas de “Crianza de Mares y Rios de España” para tus recetas. ¡Es la mejor elección que puedes hacer!
