Tal y como afirma la OCU, la sostenibilidad de los alimentos es ya uno de los criterios que influyen a los consumidores a la hora de hacer la lista de la compra.
Según la FAO, la alimentación sostenible es parte de una producción de alimentos con un impacto ambiental reducido, respeta la biodiversidad y los ecosistemas, es culturalmente aceptable, económicamente justa y asequible, nutricionalmente inocua y saludable.
En lo relativo a la alimentación, la sostenibilidad ha de apoyarse en 3 pilares: lo económico, lo social y el medioambiente.
Como vimos en el artículo “¿Por qué el pescado de acuicultura es un alimento sostenible?”, se considera que un alimento es sostenible cuando en su producción se minimiza el impacto medioambiental, se garantiza la seguridad alimentaria, se preserva la biodiversidad, es un producto de cercanía y es fresco.
A continuación, te contamos cuáles son los alimentos sostenibles que nunca pueden faltar en tu cesta de la compra. Como comprobaras, todos son necesarios para llevar una dieta sana y equilibrada:
Pescado de acuicultura.
Como sabes, la acuicultura es el conjunto de actividades, técnicas y conocimientos de crianza de especies acuáticas.
Este sistema de cría de doradas, lubinas y corvinas, entre otras especies, es sostenible porque hace un uso eficiente de los recursos naturales y preserva la biodiversidad, minimizando así el impacto medioambiental, apuesta por la seguridad alimentaria y contribuye al desarrollo económico y social.
Todas las lubinas, doradas y corvinas identificadas con el sello “Crianza de Mares y Rios de España” proceden de este sistema de producción. Un sistema de cría controlado y sostenible, ya que nos asegura que haya proteínas suficientes para el consumo en un futuro.
Carne de cordero.
La carne de cordero es, sin duda, una de las carnes más sostenibles que se pueden encontrar en tu carnicería. Es un alimento que procede del pastoreo. Todo ello implica importantes beneficios para el medio ambiente y el medio rural. ¿El motivo? Fomenta la biodiversidad, ayuda a prevenir incendios y frena el despoblamiento de las zonas rurales.
Huevos camperos
No todos los huevos podemos considerarlos como un alimento sostenible, pero sí los camperos. Puedes identificarlos cuando vayas a comprarlos prestando atención al código que llevan impreso. El primer dígito ha de ser el 0.
Se consideran sostenibles porque proceden de explotaciones extensivas, en las que las gallinas pastan en libertad en amplias extensiones de terreno al aire libre.
Las legumbres
Las legumbres (alubias, garbanzos, lentejas o soja) son otro de los alimentos que no pueden faltar cuando hagas tu compra, y más ahora que vienen días fríos. No sólo son una alternativa a la proteína de origen animal, sino también un alimento que ayuda la sostenibilidad.
Según la FAO, su cultivo mejora la fertilidad del suelo por sus propiedades fijadoras de nitrógeno de la atmósfera, lo que aumenta la productividad de las tierras de cultivo, permiten reducir la dependencia de los fertilizantes sintéticos utilizados para aportar nitrógeno al suelo reduciendo las emisiones de CO₂. Además, no requieren un alto consumo de energía en su producción, transporte y almacenamiento; y pueden ser almacenadas durante meses sin perder su valor nutricional, evitando el desperdicio alimentario.
Las verduras y las frutas de temporada y de KM0
El último alimento que queremos recomendarte es la categoría “frutas y verduras”, pero de temporada y KM0. Su consumo supone respetar su ciclo natural, luchando contra el cultivo intensivo, que agota el suelo y, que, además, utiliza químicos excesivamente.
Además, se consideran sostenibles porque conllevan un menor gasto de energía, debido al ahorro en su transporte y distribución y también en la de almacenamiento, ahorrando calefacción o iluminación artificial para su refrigeración.
¡Cuéntanos! ¿Cómo consumidor, te preocupa cómo afectan tus hábitos alimentarios al planeta? Te leemos.